viernes, 2 de enero de 2009

REZO DEL PERRO VAGABUNDO
Con paso vacilante
y con el cuerpo cansado
llego al fin de mis días.
Quizás esta tarde moriré
debajo de este árbol
con el último respiro
que me queda en la garganta,
quisiera agradecer al Señor
por el pan que me hizo encontrar en la basura,
por el agua que hizo caer del cielo para calmar mi sed,
por las plazas sagradas de las iglesias donde he podido reponerme.
Si, Señor,
Yo soy uno de aquellos
uno entre tantos que no saben
que cosa es el calor de una cama,
el sabor de un hueso,
la caricia de un amo.
Conozco solo el dolor de las patadas sobre el cuerpo,
y palazos sobre mi cabeza,
el caucho de los coches
que me han empujado al barranco.
Recuerdo,
esa mano, grande, pesante,
que siendo cachorro me ha abandonado en la calle,
donde viví todo mi calvario.
He atravesado montes, bosques y pueblos
ninguno jamás, me ha tenido con si,
ninguno jamás, me ha dado un nombre.
Desde que nací he llevado siempre el tuyo
"Perro."
Señor,
Tantas son las cosas que quisiera decirte;
pero...el corazón ha retrasado mis latidos
y el respiro se recorta cada vez más.
Perdóname! Y te suplico:
Haz que la mano del hombre no abandone más
a un animal por la calle.
Es triste vivir como vagabundo,
y penoso estar solo,
y ser sobretodo simplemente solo un perro.
Abrázame al menos tú
en este momento.
Por qué?
Porque también yo te pertenezco!
"Voces del canil"

1 comentario:

  1. Me da tristeza este texto, porque es la trsite realidad de muchos perros callejeros.

    ResponderEliminar