sábado, 10 de enero de 2009

Más información sobre Leucemia Felina:

La leucemia felina, que no es igual que la leucemia humana, es una de las más extendidas.
No es contagiosa al humano ni a otros animales, sólo se transmite de un gato a otro, mediante saliva o sangre.
Los gatos vacunados de leucemia están protegidos cerca de un 95%.
Castrando a un animal se evitan ese tipo de riesgos en caso de que tenga acceso a exteriores, ya que estando castrado no tiene contacto sexual o de sangre (peleas por el territorio, por ejemplo) con otros gatos.
Desgraciadamente es una enfermedad desconocida por muchos veterinarios que, al no saber tratarla, recomiendan el sacrificio del animal.

Sin embargo, no es igual haber estado en contacto con la enfermedad y ser portador, que estar infectado y desarrollando la enfermedad.
En el primer caso, el gato puede llegar a acantonar la enfermedad pudiendo tener una vida larga y saludable.
En el segundo de los casos, está más expuesto a morir, pero aún así no es una enfermedad fulminante.
La leucemia gatuna no es inicialmente más que la pérdida de defensas en un animal que es portador de ella, siendo cuando se desarrolla, una enfermedad degenerativa que acorta la vida del animal en algunos años, pero que puede aplacarse si vive en buenas condiciones, a no ser que debido a la pérdida de defensas, cualquier pequeña enfermedad puede ser peligrosa (rinotraqueítis, resfriados, etcétera).

La leucemia terminal;

Es cuando llega a la médula ósea, anulando totalmente la producción de glóbulos blancos para su defensa, entonces el animal empieza a deteriorarse rápidamente y muestra su agonía de manera que el sacrificio es la única solución.
Pero, mientras no presente un estado crítico, precisa cuidados y buenos alimentos, acompañado, por sugerencia de veterinarios expertos, del uso del interferón u otros complementos que le ayuden a tener más fuertes sus defensas.


Fuente: Wikipedia

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